El gofio es uno de los alimentos más ancestrales de las Islas Canarias ya que su origen se remonta a cientos de años atrás. Durante muchas generaciones fue la comida de los pobres y sirvió de sustento en época de hambruna. En la actualidad, continúa siendo la base de la alimentación de muchos canarios, aunque con mejor reputación desde que en el año 2014 se le concedió la Denominación de Origen.
El gofio es una harina de cereal tostado y molido, y gracias a la innovación de los últimos años, ha experimentado diferentes cambios en su composición y por tanto también en su sabor. En un principio el ingrediente principal para su elaboración era la cebada. En cambio, hoy en día se han introducido nuevos componentes, como el trigo, el maíz / millo o el centeno entre otros, dando pie a nuevos productos, como nuestro gofio de maíz/millo, gofio de trigo, gofio de cereales, y muchos más. Además, existen combinados de varios cereales e incluso combinados a base de legumbres.
Las propiedades del Gofio
El gofio es un alimento muy energético porque posee las mismas propiedades nutricionales que los cereales de los que proviene. Es muy rico en hidratos de carbono y fibras, y contiene vitaminas B1, B2, B3 y C, así como hierro, calcio, magnesio y sodio.
Su calidad depende de varios factores que determinarán el aroma, el sabor y la textura. En primer lugar, se selecciona el grano; y, una vez escogido, se limpia y se tuesta. La velocidad del molido será definitiva; cuanto menor sea ésta, mejor será la harina. Es por ello por lo que se aprecia tanto el gofio que ha sido elaborado a mano. Además, es un producto natural que no contiene conservantes ni colorantes.